sábado, 13 de agosto de 2016

Comprendiendo la historia...

De acuerdo al autor, Juan Brom en su libro "Para comprender la historia" plantea la idea de que a lo largo de la historia de la humanidad, los historiados han sido tanto elogiados como criticados. Han sido elogiados por intentar mantener recuerdos de hechos históricos, sociales y culturales, pero por el otro lado han sido acusados por otros grupos de haber alterado el orden natural de las historia.

Ejemplo de estos son las antiguas sociedades, donde los únicos que tenían derecho a crear algún tipo de registro histórico eran los escribas, personas que se encargan de datar los hechos que ocurrían en las civilizaciones antiguas, en unos grandes papeles llamados papiros.

Así, pues, en pocas palabras, las personas encargadas de registrar los sucesos históricos eran personas que habían vivido en la época. Ejemplo de esto es Heródoto, conocido como el ''padre de la historia'', que viajó por el mundo entero para más tarde crear registros en base a sus propias experiencias.
         
A pesar de esto, la lucha entre saber si la historia es una ciencia exacta o una ciencia no exacta continúa. Los autores en contra de que la historia sea una ciencia exacta dan como ejemplo las mitologías, que combinan elementos reales con imaginarios, y que por algún tiempo fueron tomadas como verídicas. Un ejemplo de esto es la creación de la capital de uno de los imperios más grandes en la historia: el imperio romano. Según el relato, se dice que Roma fue fundado por los gemelos Rómulo y Remo, quienes fueron amamantados por una loba, cuando fueron lanzados por un risco por su madre, ya que ésta era una sacerdotisa que no podía tener hijos.

Así, ha habido grandes debates sobre la objetividad y la subjetividad de esta ciencia. Esta ciencia, por el mero hecho de ser influenciado por situaciones ficticias, pierde toda su objetividad y pasa a ser una ciencia subjetiva, o no exacta. Pero, de ser así, hasta las ciencias llamadas "exactas" tienen su poco de subjetividad, pues éstas contienen los sentimientos de interés y pasión del científico para dar solución a un problema ya existente de interés común. Por eso, la historia vista como una ciencia exacta o inexacta siempre será un objeto de debate, que, dependerá del punto de vista del sujeto que la interprete.


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